/Please, help me
Who can I be now?/
Who can I be now?/
Pero cuando las canciones comparten parte o su totalidad con nuestras propias letras, con lo que pasó, es ahí cuando se produce el choque maravilla-dolor. La sonrisa que se dibuja en nuestro rostro tiene valor ambivalente, tanto para la feliz complicidad con el músico como para el dolor mutuo. Me figuro a mí misma diciendo, con esa sonrisa en la boca: 'hermano, pasamos por lo mismo'
/Don't worry, babe
there's somebody up there likes you!/
reflexiones junto a mi fiel David Bowie; las letras, de su Young Americans (1974)
regalito con amor
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